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Ciudades

Por Jason Vásquez

 

Ciudades desiertas

 

Los que son infieles conocen los placeres del amor; es el fiel el que conoce las tragedias del amor. Oscar Wilde.

 

1. Las ciudades vacías.

Esta frase de Wilde me vino a la mente hoy por la tarde mientras acudía al cine a ver una película que se llama: Me estás matando Susana y que no es sino la adaptación cinematográfica de la novela Ciudades Desiertas de uno de los precursores de la literatura de «Onda» el Maese, José Agustín.

Ciudades Desiertas es un libro que leí en mis años de prepa CCHera y trata acerca de la vida de Eligio, un actor en crisis laboral y de su esposa Susana, una escritora en vías de consagrar sus letras, la cual una mañana sin notificarle a su marido abandona su casa para irse a los Estados Unidos a un programa de intercambio de escritores provenientes de todas partes del mundo.

Eligio (de su pinche madre) busca a Susana hasta dar con su paradero, un perdido pueblito del gabacho llamado Arcadia, a donde llega sólo para recibir la noticia de que su esposa está sosteniendo una serie de encuentros sexuales con un poeta polaco muy bien dotado que conoció en el Programa de escritores.

El autor describe con énfasis el tamaño del «bulto» como para terminar de hacer trizas la jodida auto estima del protagonista masculino y para hacernos entender que el desliz de Susana es medible en centímetros polacos.
2. Las preguntas incómodas.

Al confrontarla cara a cara dentro de su enojo por saberse engañado, Eligio la cuestiona con tres de las preguntas que uno jamás debe elaborar en una situación así, y que sin embargo son las primeras que nos vienen a la cabeza en ese momento:

1. ¿Te lo cogiste?
2. ¿Te viniste?
3. ¿De qué tamaño la tiene?

Y es que lo reitero, uno jamás debe hacer esas preguntas a menos que seas lo suficientemente fuerte para escuchar la verdad.
Susana le confiesa todo con detalles, centímetro a centímetro, encuentro tras encuentro.
Hay una parte de la novela que afortunadamente conservaron en la película y que aparte de resultarme fascinante, nos permite entender el cúmulo de cosas que están pasando por la cabeza del protagonista ante esta situación.

“Eligio no daba crédito a lo que sucedía: consideraba que cuando menos Susana debía de tener el mínimo tacto de coger sin venirse, y menos aún con tal estrépito. Con él, jamás había llegado a los alaridos que en ese momento profería”.

«No tuviste la decencia de cogértelo sin venirte» en la película reclama un Gael García que por cierto logra un personaje divertido pero sin la esencia machista ochentera del personaje de la novela.

Y es que ante esa situación uno no puede evitar que emerja nuestro lado más primitivo, ese que nos exige la auto afirmación urgente de nuestra abollada autonomía sexual.

¿Qué sucede cuando la infidelidad le viene a usted de retache en forma de su esposa querido lector?

¿Qué haría ante una situación similar que propicie que su núcleo familiar apacible y socialmente estable se le desmorone en medio de una infidelidad por parte de su cónyuge?

El portal Ashley Madison revela que las mujeres mexicanas encabezan la lista de infidelidades por encima de 36 países.

Las diferencias por sexo según un estudio de la Universidad Autónoma del Estado de México indica que las mujeres recurrieron a la infidelidad porque les faltaba cariño, se sentían solas e incomprendidas, lo cual de acuerdo con Lemaire (1986), ratifica que las mujeres van más a la infidelidad por el abandono y el rechazo al que son sometidas por sus parejas. Con base en esto, es entendible lo encontrado por Tordjman (1989) al indicar que muchas de ellas llegan a la infidelidad como una forma de castigar a sus parejas mediante la aplicación de la venganza.
Al respecto, Valdez Medina & Aguilar (2012), comentan que frecuentemente se llega a la infidelidad buscando una revaloración de su rol en la relación, demostrando a la pareja que en su medio existe alguien más que los puede amar y brindarles aquello de lo que carece.

Por otra parte, se encontró que los hombres, tanto casados como solteros, llegan a la infidelidad porque en su relación se sentían aburridos, confundidos y les faltaba algo nuevo. Esto podría explicarse a partir de que se ha encontrado que la causa más frecuente de infidelidad en los varones, es el sentimiento simple, natural y normal de fastidio sexual, emocional o ambos, ya que por naturaleza los machos de diversas especies, incluida la humana, presentan una tendencia a buscar variedad sexual, sobre todo después de una relación de largo tiempo (Block, 1979; Fisher, 2007).

El resto de esta historia no lo contaré obviamente por evitar Spoilearle el final de la película o el final de la novela que es aún mejor, lo que sí me queda claro es que aún nos resulta un enorme Tabú el tema de los deslices de cama y alcobas vacías en nuestra vidas.

Se escribe tanto acerca de las infidelidades masculinas y por el contrario uno trata de enterrar todo lo que huela a infidelidad por parte de nuestras parejas. Supongo, por qué es una mezcla entre dolor y vergüenza, sin duda el desliz femenino no tiene la alegoría y orgullo de los pecados de cama del sector masculino, quizá sea por que las mujeres son más discretas e inteligentes en estos temas.

 

Al respecto de la novela Elena Poniatowska menciona lo siguiente:

«CIUDADES DESIERTAS es la primera novela verdaderamente antimachista escrita en México, el primer intento de amar en una forma rabiosa a una mujer. Esta novela inmisericorde y quemante como la nieve es un pedestal, un altar en el que José Agustín eleva a la mujer, le reconoce su libertad y su espacio creador».

 

Como sea: Ciudades Desiertas es una excelente narrativa que nos permite asomarnos al pozo de los conflictos emocionales de pareja, justo en estos tiempos en que el «amor» se busca en Tinder y la infidelidad esta a la distancia de un mensaje de madrugada en whatsapp.

 

Agosto 2016, Vallarta.

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