Por Salvador Cervantes
Desde hace varios días el Centro Nacional de Huracanes de Miami, Florida da seguimiento al Ciclón Tropical Irma que avanza amenazante como Huracán Categoría 5 hacia el Caribe; no puedo dejar hacer un referente en esta columna a lo que fue el Huracán Patricia de la misma categoría que amenazó Puerto Vallarta y las costas de Jalisco en el 2015 y con ello hacer un análisis.
Ambos están en la misma categoría, sin embargo, más allá de las comparativas en la potencia de sus vientos o lluvia entre ambos, me gustaría señalar que Patricia fue considerado el Huracán más potente en la historia y se enfiló a un país, el nuestro, cuyos protocolos y sistemas de alerta han sido referentes a nivel internacional y donde la cultura de la prevención aunque con deficiencias, han venido construyendo comunidades que se han preparado para enfrentar este tipo de fenómenos.
Aunque Irma no afectará nuestro país de manera directa, en el paso de este Huracán se encuentran países como Haití, República Dominicana y Puerto Rico.
En Haití y República Dominicana, la vulnerabilidad relacionada con las construcciones, los protocolos preventivos, los sistemas de alerta y la propia percepción de la población y del gobierno ante estos riesgos tienen serias deficiencias, aunque que estadísticamente República Dominicana ha sido menormente afectado.
Preocupante el caso de Haití, donde aún hoy existen capacidades reducidas por el terremoto ocurrido en 2010 y donde la prevención parece no ser un concepto conocido por población y Gobierno.
No quiero decir con esto que nuestro país tenga que ser el único modelo a seguir a nivel internacional y que los resultados triunfalistas obtenidos después de Patricia serán la constante en México ante este tipo de fenómenos, sin embargo, si quiero destacar la relevancia que debiera tener que tanto gobierno como la sociedad, focalicen los esfuerzos a reducir las vulnerabilidades de las comunidades y construir sociedades e infraestructura resiliente para tener saldos positivos después de la ocurrencia de fenómenos que afecten a la población.
Es decir, estos países caribeños están frente a 2 retos: el inminente embate de un Huracán mayor con potencial devastador y enfrentarlo con mínimos recursos existentes y poca prevención, formula que de manera constante ha arrojado resultados devastadores en cualquier parte del mundo.
Ahora bien, debemos también poner atención en el saldo que pudiera arrojar Irma en Cuba, un país que a pesar de contar con un estricto régimen político ha venido aprendiendo de experiencias trágicas reduciendo sus afectaciones en los últimos impactos de Ciclones Tropicales con respecto a otros países Caribeños.
Y aún más, debemos poner atención al actuar del Gobierno de los Estados Unidos donde también podría impactar Irma y que como antecedente no salió bien librado hace unos días con el impacto del Huracán Harvey a pesar de su fortaleza económica.
Finalmente, quisiera concluir como una afirmación que tener saldos positivos o negativos ante el embate de fenómenos como estos tienen una directa relación con la existencia o ausencia de capacidades, la reducción o incremento de las vulnerabilidades y con la importancia que tanto sociedad y gobierno le den a reducir los riesgos, lo cual para mí en el caso de los gobiernos es un compromiso moral con la protección a la vida y el patrimonio de sus gobernados.
