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El villano favorito…

Por Salvador Cervantes

Cuando todo parecía indicar que el Huracán Earl sería una prueba para preparar al Sistema de Protección Civil ante el resto de la temporada de Ciclones Tropicales, éste fenómeno nos dejó una gran lección que no debemos dejar pasar.

En el mes de octubre del 2015, nos vanagloriábamos que el Huracán más poderoso en la historia del Pacífico llamado Patricia no había dejado daños considerables en el país y atribuíamos éste desenlace a las acciones de prevención, a la participación de la ciudadanía, a los sistemas de alertamiento, a la sierra madre occidental y a una intervención divina, sin embargo, estábamos ignorando un aspecto que determina en gran medida la ocurrencia o no ocurrencia de un desastre: la construcción social del riesgo.

Éste término muy conocido por los estudiosos de la sociología del desastre, tal parece que es el menos conocido por la sociedad y los gobiernos, y está vinculado a las acciones y decisiones que todos los días se toman en el marco de las acciones de los gobiernos municipales, estatales y la propia sociedad.

¿mo ejemplifico ésto? imaginemos un grupo de personas que decide invadir un predio ubicado a las afueras de la ciudad, zonas que regularmente se encuentran diagnosticadas de manera incipiente en cuanto a los análisis de riesgos, años después las decisiones gubernamentales y políticas determinan cambiar el uso del suelo, urbanizar y regularizar estos predios para brindar un hogar a las familias ahí ya establecidas ignorando en gran medida el hecho que regularmente estos terrenos se encuentran en zonas en laderas y cerca de ríos, arroyos o afluentes.

El crecimiento de este nuevo núcleo poblacional, sin prevención ni planeación, va construyendo riesgos latentes que esperan fenómenos como el Huracán Earl, para detonar un desastre con pérdida de vidas.

Entonces ¿quién es el culpable? ¿las familias que invadieron? ¿el líder que los llevó ahí? ¿el municipio que decidió cambiar el uso del suelo? ¿las autoridades de Protección Civil que no previeron condiciones de riesgo y mitigación de éste o las personas que decidieron ignorar las advertencias de las autoridades y acudir a un lugar seguro?

Yo diría que todos fueron culpables de la construcción del riesgo, todos los elementos estaban mezclados de manera endeble, a la espera de un detonante y es entonces donde el Villano Favorito es el fenómeno natural, al cual todos culpamos.

La lección debe ser entonces dejar de culpar a la naturaleza y comprender que los gobiernos municipales al ser responsables de los cambios de uso de suelo y planeación urbana son también los responsables de mitigar o construir riesgos.

Por nuestra parte la población debemos aludir al sentido común, participar activamente en acciones de prevención y en ello va implícita la promoción de una cultura de la Protección Civil que se geste desde la familia, la escuela y el trabajo.

Hasta la próxima

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