Por Armando Rubio
Desde hace casi 300 millones de años, la tierra ha sido habitada por muchas especies de cocodrilos, llegaron a medir más de 12 metros, pero hoy, esos gigantes se han extinguido, en la actualidad podemos encontrar sólo 23 especies de Crocodylia modernos, de los cuales: 8 son caimanes, 14 cocodrilos verdaderos y un gavial.
En México podemos encontrar 3 especies, el Crocodylus acutus con distribución en nuestra costa, el Crocodylus moreletii con distribución en el Golfo de México hasta la huasteca potosina y el Caiman crocodilus en el estado de Chiapas. Todas éstas, pueden incursionar en el mar desde tierra a zonas insulares, pueden tolerar la salinidad del océano, y más el cocodrilo americano de agua salada (Crocodylus acutus), sobre todo en temporada de lluvias en donde las corrientes alteran su hábitat y en su mayoría son arrojados al mar, obligándolos a buscar nuevos territorios; esta especie puede alcanzar más de 6 metros de longitud total, viven más de 70 años.
En la bahía tenemos una población que difícilmente se ha mantenido estable con un poco más de 200 ejemplares, de los cuales 35 son adultos y reproductores (entre 2.5 a 4 metros), sin embargo, sólo 10 hembras logran hacerlo una vez al año, sus nidos pueden constar de entre 16 – 30 huevos, la incubación puede durar entre 72 a 90 días, durante este tiempo la hembra se aleja poco del nido a humedecer su piel y escurrir sobre el nido enterrado en la arena. Al término de la incubación las crías llaman a su madre y son auxiliadas por la misma para salir del nido y cascarón, son llevados al cuerpo de agua más cercano y cuidados celosamente por la madre durante un par de meses.
En el siglo pasado, en la bahía se encontraba un complejo estuarino desde la Laguna El Quelele hasta el Estero Salado, hoy el hábitat del cocodrilo ha sido reducido y fragmentado hasta quedar sólo el 10 % del mismo. Dicha presión hace que algunos ejemplares crucen la línea imaginaria que separa su hábitat y las zonas urbanas, y es debido a las redes sociales y comentarios en los mismos que se piensa existe una sobrepoblación de la especie.
Si ponemos sobre la mesa los datos históricos del siglo pasado e incluso los del siglo XIX, podemos suponer que existían miles de cocodrilos en los esteros, ríos y lagunas de la bahía; Puerto Vallarta fue el centro de acopio de pieles de cocodrilos cazados para peletería, en donde hasta casi 70 toneladas se almacenaron en el año 1940 para ser enviadas a otras partes del mundo. Fue en el año de 1970 que entró una veda internacional y se prohibió su caza, al borde de la extinción se encontraron la mayoría de las especies, en la actualidad el Alligator mississippiensis en el sur de Estados Unidos es la más recuperada, para controlar la población son cazados con regulación y permisos correspondientes, e incluso se ven muchos programas en televisión de paga las técnicas usadas, lo cual nos afecta en demasía, ya que, en México muchas personas piensan que pueden hacerlo a diestra y siniestra con nuestras especies afectando a las poblaciones silvestres. El cazarlos, manipularlos y comercializarlos sin permisos es un delito de orden federal, pues están protegidos y normados por nuestras leyes ambientales.
Hace días (y como siempre ha sucedido desde hace más de 300 millones de años), fue encontrado un cocodrilo de casi 3 metros en las playas de Puerto Vallarta, causando alarma entre autoridades y público en general, sin embargo, estos eventos como ya mencionamos son habituales y más en temporada de lluvias. Cabe aclarar que no existe riesgo alguno si se ve algún ejemplar en el mar, siempre y cuando no nos acerquemos lo suficiente a ellos y puedan responder con actitud defensiva al sentirse amenazados.
Hasta la fecha no tenemos registrado algún caso de conflicto entre humanos y cocodrilos en el mar o en la playa, recomendamos dejarlo en paz y que siga su curso en busca de nuevos territorios. Asimismo, recomendamos no hacer caso a comentarios de personas ajenas a su estudio, ya que pueden facilitar a la psicosis colectiva que los afecta.
Mapa de riesgo en Puerto Vallarta
Las redes sociales son muy dadas a transformar la realidad del evento y poco ayudan a buen término del mismo. Que es verdad, han existido varios casos de mordidas leves y severas e incluso una muerte registrada en la bahía, todos los casos han sido investigados y analizados por investigadores expertos, se ha concluido y demostrado que en todos los casos el hombre es el único responsable de estos accidentes al alimentar a los cocodrilos, pescar, realizar actividades de recreo y pasear a sus mascotas en su hábitat, aún con señalamientos que previenen sobre la presencia de cocodrilos en la zona.
Sí, ellos llegaron primero y no podemos ni debemos encerrar en cautiverio a los cocodrilos, su presencia en la naturaleza es invaluable y deben seguir existiendo en ella. Recordemos que nosotros somos los invasores y destructores de su hábitat, es nuestra obligación aprender a convivir con ellos si queremos seguir viviendo aquí.
Mitos
“Hay sobrepoblación de cocodrilos en la bahía”
No, no es correcto, hay sobrepoblación de personas y de desarrollos urbanos, en donde se ha fragmentado y reducido su hábitat drásticamente.
“Hay cocodrilos y caimanes en la bahía”
No es correcto, en la bahía tenemos la presencia de cocodrilos verdaderos solamente, en ciertas regiones del país se le llama “Caimán” al cocodrilo. También es falso el creer que sólo los cocodrilos habitan en África y en América los caimanes. Tenemos varias especies de ambas en el continente.
“El cocodrilo caza a su presa y la entierra debajo del agua para comerla una vez podrida”
Falso, el cocodrilo es un depredador natural, se alimenta de peces, crustáceos, aves y mamíferos que caza en hábitat, en ocasiones no engulle a su presa completamente y después puede presentar hábitos carroñeros al alimentarse de los despojos de la presa anterior.
“Los cocodrilos tienen la piel tan dura que repelen las balas”
Falso, su piel si está cubierta por escudos llamados osteodermos (piel y hueso) que si son duras, pero pueden ser afectados por las balas.
“Las madres cocodrilos se comen a sus hijos”
Falso, las hembras cocodrilos son las únicas hembras de los reptiles que presentan cuidados maternales a sus crías, con sus fauces rompen los huevos y alojan dentro de su cavidad oral a la crías para ser transportadas al agua.
“Los cocodrilos miden más de 8 metros”
Falso, el cocodrilo americano de agua salada (que habita en la bahía) mide más de 6 metros en su totalidad, tenemos registrados algunos ejemplares en la zona que rebasan los 4 metros (sólo los machos).
“Si un cocodrilo te persigue, debes correr en zigzag para huir”
Falso, el cocodrilo corre a una velocidad similar a la del caballo sólo en cortas distancias y en dirección recta, eso podría afectarte. Es importante mencionar que los cocodrilos no nos ven como presa, a menos que haya sido acostumbrado a ser alimentado anteriormente. Debes alejarte si ves la presencia de algún cocodrilo y reportarlo inmediatamente a las autoridades.
“Antes no había cocodrilos en la bahía, alguien los trajo y los soltó”
Falso, ellos habitan desde hace millones de años en la tierra y por más decirlo en la bahía.
Comentarios finales
Los cocodrilos pueden incursionar al mar como algo habitual, buscan nuevos territorios o son arrojados por las corrientes. También es normal encontrarlos en charcas o ríos en donde antes no habitaba, por la misma razón ocupan estos sitios como nuevo territorio. Algunas ocasiones han sido atropellados por vehículos al cruzar las arterias de la ciudad en busca de otro cuerpo de agua, pero esto no significa que exista una sobrepoblación en la bahía.
Debemos respetar su hábitat y sobre todo los señalamientos en donde avisan la presencia de los mismos, no destruir dicha señalética y llamar a las autoridades si ven alguno fuera de su hábitat. Si ves alguno en el mar no causar alarma y dejarlo en paz.
Recuerda
No alimentarlos
No realizar actividades de pesca y recreo
No pasear mascotas
EN EL HÁBITAT DE LOS COCODRILOS
NO CAZARLOS NI VENDERLOS, ES UN DELITO FEDERAL
