Puerto Vallarta, Jal.- Luego de tres semanas en los que han ocurridos hechos violentos o relacionados a eventos de impacto en la zona de la bahía de Banderas (Puerto Vallarta, Jalisco y Bahía de Banderas, Nayarit), 850 efectivos del Ejército y Guardia Nacional se han sumado a los patrullajes en la región.
Fue el 10 de abril que se realizó la detención, en Ciudad de México, de José Manuel (S), alias Manu Vaquita, propietario del restaurante Distrito 5, escenario del asesinato del exgobernador de Jalisco, Jorge Aristóteles Sandoval Díaz.
Posteriormente, el empresario fue trasladado a Puerto Vallarta para ser presentado ante un juez de la causa que lo vinculó el 16 de abril a proceso por los delitos de homicidio calificado y encubrimiento.
La madruga del 22 de abril, en el fraccionamiento Alta Vela, en Bahía de Banderas, Nayarit, se registró una balacera en la que una vivienda fue rafagueada, sin embargo y a pesar de que en lugar quedaron rastros de sangre, se desconoce el paradero del o las víctimas.
Ese mismo día, pasadas las 14:00 horas, en la zona exclusiva de Marina Vallarta, en Puerto Vallarta, Jalisco, muy cerca de donde el pasado mes de enero fue detenido “Don Carlos”, presunto lugarteniente del Cartel Jalisco Nueva Generación, se registró un enfrentamiento entre las fuerzas federales e integrantes del crimen organizado.
En esa ocasión resultó herido Saúl Alejandro (N), alias “El Chopa”, otro de los capos en la ciudad, quien perdió la vida horas después en el hospital 42 del IMSS, por lo que por la noche llegaron a la ciudad 450 elementos del Ejército y Guardia Nacional para resguardar la seguridad de la zona.
Durante los siguientes días, la vida en la ciudad transcurrió con una tensa calma, sin embargo, la madruga del jueves 28, alrededor de las 00:30 horas, un grupo armado irrumpió en el coto Yubarta, en Marina Vallarta, ubicado a unos 50 metros de donde el pasado viernes 22 fue herido de muerte El Chopa.
De ahí, subteniente del Ejército Mexicano Tania Quintanar Zarco y la sargento Ana Laura Olvera, fueron privadas dela libertad, lo que obligó a las autoridades a desplegar un operativo de búsqueda con apoyo de helicópteros artillados que sobrevolaron la ciudad a baja altura.
De manera inmediata y como reacción de las fuerzas federales, arribaron a la ciudad 400 militares más para unirse a los trabajos de búsqueda y resguardo, dando como resultado que pasadas las 16:00, ambas militares fueron liberadas.
