Así es, con el paso de los años nuestro cuerpo cambia y nuestro cerebro no es la excepción. Pero no hay porque asustarse pues en realidad no se pierde tanto. Se dice que es sólo el 15% lo que se reduce de los 20 a los 80 años. Esto se debe a que llega un momento en que las neuronas dejan de regenerarse y los mecanismos de reparación se vuelven menos eficaces.
No se puede evitar totalmente, aunque se puede desacelerar el ritmo de la contracción cerebral. El secreto, según los expertos, es mantenerse activos físicamente y más entre los 70 y 80 años.